domingo, 27 de marzo de 2016

Alinea tu destino con el destino del grupo..

Si temes más a tu propio gobierno que a sus enemigos externos es un indicador de una tiranía totalitaria..el mismo estado de vigilancia progresista funciona así..fascismo y totalitarismo pueden ser confundidos en el imaginario popular.. !pero no son la misma cosa¡.

Para la mayoría de la gente, el fascismo evoca un pueblo forzado en férrea conformidad por un gobierno todopoderoso. El fascismo político del siglo XX tenía muchas otras características, y fueron instituidos diferentemente en diversas naciones. Gobiernos fugaces y opresivos no son únicos al fascismo del siglo XX. El Islam y el marxismo han producido crueles estados policiales con mano de hierro.

La mayoría de la gente asocia los males del fascismo con una institución burocrática de arriba hacia abajo, pero a mí los fasces aparecen para simbolizar una idea de abajo hacia arriba. 

Las varillas de los fasces representan la fuerza y la autoridad de un colectivo masculino unido. Ése es su atractivo primitivo. La verdadera unidad tribal no puede ser impuesta desde arriba. Es un fenómeno orgánico. 

La profunda unidad proviene de hombres atados por una cinta roja de sangre. La sangre de la catastrófica necesidad que une a la banda de hermanos se transforma en la sangre del legado y del deber que une a la familia, a la tribu, a la nación. Los fasces capturan la imaginación masculina porque parece simbolizar la voluntad unificada de los hombres.

Los hombres prefieren creer que ofrecen su lealtad por elección, ya sea si verdaderamente lo hacen o no. La libre asociación o su mera apariencia es la diferencia entre los hombres libres y esclavos. 

Si no puedes marcharte, eres un prisionero. Si decides quedarte, si decides alinear tu destino con el destino del grupo y someterte a la autoridad colectiva del grupo, eres un miembro, no un esclavo. Como miembro, debes aportar el peso de tu hombría a una confederación unificada de hombres.