Las varillas de los fasces representan la fuerza y la autoridad de un colectivo masculino unido. Ése es su atractivo primitivo. La verdadera unidad tribal no puede ser impuesta desde arriba. Es un fenómeno orgánico.
La profunda unidad proviene de hombres atados por una cinta roja de sangre. La sangre de la catastrófica necesidad que une a la banda de hermanos se transforma en la sangre del legado y del deber que une a la familia, a la tribu, a la nación. Los fasces capturan la imaginación masculina porque parece simbolizar la voluntad unificada de los hombres.
Los hombres prefieren creer que ofrecen su lealtad por elección, ya sea si verdaderamente lo hacen o no. La libre asociación o su mera apariencia es la diferencia entre los hombres libres y esclavos.
Los hombres prefieren creer que ofrecen su lealtad por elección, ya sea si verdaderamente lo hacen o no. La libre asociación o su mera apariencia es la diferencia entre los hombres libres y esclavos.
Si no puedes marcharte, eres un prisionero. Si decides quedarte, si decides alinear tu destino con el destino del grupo y someterte a la autoridad colectiva del grupo, eres un miembro, no un esclavo. Como miembro, debes aportar el peso de tu hombría a una confederación unificada de hombres.