lunes, 16 de mayo de 2022

El amor a la verdad..







Asentar la propia vida en el amor a la verdad, en la sinceridad.
Evitar la falsedad y la mentira, la doblez y la hipocresía, la traición a la propia norma interior, la colaboración con las fuerzas del caos o la rendición a sus incitaciones.

No engañarse ni engañar a los demás.
Que la verdad guíe nuestra acción, procurando no equivocarnos, no caer en el error ni desviarnos del recto proceder.
Que nuestra vida sea íntegra y auténtica, dando preferencia al ser sobre el aparentar.

Esta línea de alta exigencia moral supone nobleza, magnanimidad, grandeza de alma.
Sólo un alma noble se siente atraída por tan noble y excelsa norma de conducta; sólo en un alma grande pueden entrar y tener cabida tan elevados principios; sólo un alma grande y noble puede responder a lo que de ella se pide y a las altas exigencias que plantea el Camino recto.

Cultivar esta nobleza es uno de los principales propósitos de la disciplina tradicional.

Antonio Medrano.