jueves, 29 de octubre de 2015

La meritocracia

El Nacional Socialismo, más que apoyar la mediocridad que arrastra la democracia, promueve la meritocracia, es decir, que los logros de las personas en campos como la intelectualidad, el valor, la moralidad, la capacidad laboral, etc., representen las pautas para que esa persona tenga poder, el meritocrático tiene muchas ventajas, una sociedad gobernada por líderes fuertes llegará lejos, pero gobernada por farsantes que engañan al pueblo con falsas promesas, al estilo democrático, no llegará a ningún lado.

miércoles, 28 de octubre de 2015

¡Soldado español defiende tu Nación!



¡Soldado español defiende tu Nación!

"Por España, y el que quiera 
defenderla honrado muera; 
y el traidor que la abandone 
no tenga quien le perdone, 
ni en tierra santa cobijo, 
ni una cruz en sus despojos, 
ni las manos de un buen hijo 
para cerrarle los ojos"

lunes, 26 de octubre de 2015

Himmler sobre la Schutz-Staffel

La Schutz-Staffel, representa la mejor y más sana virilidad joven de la raza. Está fundada sobre los ideales de sacrificio, lealtad, disciplina, y excelencia completa. Además de ser soldados, los SS tienen muchos lados culturales. 

A cada hombre según sus capacidades

El Nacionalsocialismo no tiene favoritos, estamos siempre en la búsqueda de la capacidad, sobre todo de la capacidad para el liderazgo, su deber es ser pioneros en todo. 

Esta preciosa cualidad confiere sobre un individuo el derecho a una vida agradable y muchas otras cosas buenas, pero en el instante en que él se muestre indigno pierde todo y es echado a un lado. 


lunes, 19 de octubre de 2015

Ellos opinan..

Cada cultura tiene un alma única, así mismo cada nación o pueblo dentro de esa cultura tiene su propia interpretación particular del espíritu general. Desarrollar ese modo de vida, despertar las potencialidades de su determinado grupo cultural, sería la misión histórica de cada pueblo. Según este mismo razonamiento, todo esfuerzo que se hiciera para organizar una sociedad en oposición al espíritu nacional obtendría naturalmente resultados negativos.

 Hitler, Mi Lucha.

En oposición a ese parlamentarismo democrático está la genuina democracia germánica de la libre elección del Führer, quien se obliga a asumir toda la responsabilidad de sus actos. Una democracia tal no supone el voto de la mayoría para resolver cada cuestión en particular, sino llanamente la voluntad de uno solo, dispuesto a responder de sus decisiones con su propia vida y hacienda.


El socialismo nacional que practica el actual régimen en Alemania, revela, en hechos tangibles, la acción del Estado a favor de las clases desvalidas; es un socialismo realista y humano, fundado en la moral del trabajo, que nada tiene en común con la vocinglería del marxismo internacional que explota en el mundo la miseria de las masas.

Alfred Rosenberg

Alfred Rosenberg, quien fuera uno de los "ideólogos" del Partido Nacionalsocialista, describía el Nacionalsocialismo en uno de sus escritos de la siguiente manera:


¿Nacional-socialismo o socialismo-nacional?. Si se emplea el concepto socialismo nacional en lugar de nacional-socialismo, podría fácilmente expresarse la idea de que el socialismo es la idea principal, mientras que lo nacional no sería más que un adjetivo que califica de una cierta manera al concepto más importante. Y en realidad es más bien lo contrario: lo eterno, lo que nosotros quisiéramos mantener a través de sus formas cambiantes es el pueblo. Desde este punto de vista, el socialismo, depurado del marxismo, aparece como un medio político al servicio del individuo y de la comunidad para proteger la unidad del pueblo de los apetitos particulares desenfrenados.

Joseph Goebbels 


El socialismo no es solamente un asunto que le atañe a la clase oprimida; es más que esto, es el tema de todos aquellos para quienes la liberación del pueblo alemán de su esclavitud constituye el sentido y la finalidad de toda política de hoy. Sin el nacionalismo el socialismo no es nada, un fantasma, una teoría fraguada, un espectro, un libro. ¡Con él es todo, el porvenir, la libertad, la patria!.


Éste fue el pecado de la burguesía liberal: no haber visto en el socialismo una fuerza creadora del Estado. El pecado del marxismo fue el de rebajar el socialismo al nivel de una doctrina del salario y del vientre, y manejarla para hacer de ella una enemiga del Estado y de la existencia nacional.

sábado, 17 de octubre de 2015

La Europa acomplejada



De la misma manera, esta Europa llena de mezquitas y de frenéticos bailes negroides, ya no es la Europa del gótico, ni la de Bach, Mozart o Beethoven. La cultura del nativo, que hasta ayer se vio como Cultura Superior, es hoy cultura del civilizado europeo cansado, dispuesto a pagar mercenarios para defenderse y para que le traigan el pan a casa.


El cansado nativo de Europa ya le da la espalda a Cervantes o a Shakespeare. Siente vergüenza de Wagner o de Leibniz. Rechaza a Homero o a Lord Byron. Se arranca de la piel su ser y su esencia, y quisiera ser "otro", en un proceso de alienación y masoquismo interminable.


Todas las glorias de la cultura de Occidente se arrojan al vertedero de los trastos viejos, e incluso se destruyen conscientemente en el medio educativo por temor a la ofensa de ese "otro" al que se dice hipócritamente respetar. En los mismos centros educativos españoles de los que está despareciendo el griego y el latín, se introduce gradualmente el árabe. Allí donde se condena inquisitorialmente a Nietzsche o a Wagner, se practica el tatuaje y la danza del vientre.

El verdadero respeto al "otro"

El verdadero respeto al "otro" nunca es sincero si implica una renuncia a lo propio. El verdadero respeto consiste en la aceptación de las diferencias, en la asunción de un pluralismo cultural, en la crítica de la idea monolítica y absoluta de "Humanidad". 

Que cada cultura o civilización se mueva en su propio ámbito y gire en torno a su eje, aprendiendo de las demás pero no mezclándose con ellas, en esto ha de consistir el respeto intercultural.

La Aristocracia NS, el marxismo, el socialismo

La Aristocracia NS es, literalmente, el Poder de los Mejores. En un sistema productivo en el que los grupos mediocres y hostiles al trabajo pretenden ganar posiciones y convertirse en pensionados de la parte productiva de la sociedad, la Aristocracia se convierte en un régimen odiado a muerte. 

No se reconoce el derecho a ser persona de mérito. Es odiado quien consigue una fortuna pequeña o grande por su esfuerzo o habilidad: sólo se ve que posee más. 


Es odiado quien saca una plaza de funcionario tras una dura preparación: sólo se ven privilegios en su cargo. Es odiado quien sigue con raíces en su terruño, conservando la dignidad de su caserío: es un atraso y una afrenta a la sociedad urbana y cosmopolita. 

Es odiado, en fin, el obrero que trabaja duro cada día y que no sigue las consignas y los eslóganes de sus supuestos tuteladores, los obreros liberados y los funcionarios de la central sindical: es un esquirol, pues además anhela, con dejar de ser proletario, establecerse por su cuenta, mejorar de posición social. Para el obrerismo, la mejor condición del hombre es convertirse en obrero, "el héroe de nuestro tiempo", como decía Spengler. Quien desea cambiar de clase es un traidor.


El marxismo ha degenerado en obrerismo desde el principio, traicionando los propósitos de su fundador, que no era un obrero y que concibió muy vagamente el comunismo como una generalización del Principio del Trabajo "de cada uno según sus capacidades...", pero no una nivelación obrerista. En realidad, el absurdo despótico de Mao Tse-Tung de mandar a los médicos, a los abogados y a los profesores chinos a trabajar en los arrozales está más cerca del marxismo "cultural" o vulgar y del democratismo europeos, que del socialismo. 

Se trata de una nivelación absoluta, de un odio hacia la diferencia intelectual existente entre las personas. Una nostalgia de los tiempos salvajes.

El socialismo consiste en erigir un Estado en forma de cuerpo orgánico. Se trata de un Estado total, que no totalitario, el cual habrá de agrupar a los distintos órganos productivos, profesionales, territoriales, y en el que cada uno de ellos velará por un estricto mantenimiento de su identidad, pero a la vez, por un sometimiento a lo superior. El socialismo no puede ser el mismo en cada pueblo, y el socialismo "prusiano" estaba llamado, a su entender, a cumplir una alta misión.

La Decadencia política

Los periodos de paz prolongados crean la ilusión de que se puede vivir sin defensa, sin armas y sin dominio.
La Decadencia se inicia con la contraposición entre fines distintos, que llegan a hacerse incompatibles entre sí. Toda la teoria marxista de la Lucha de Clases podría releerse como teoría de la decadencia de una civilización. 

El desenvolvimiento del Capitalismo es también el nacimiento de unos ideales fantásticos las clases internacionalistas que se olvidan del Estado, lo liquidan, lo manejan a su antojo, como instrumento para ahogar y vencer a la clase enemiga, como medio de explotación, como aparato de represión, o como ídolo al que derribar.

Los liberales y los socialistas parten de la doctrina del Estado civil como mal menor, como instrumento a duras penas soportable y tolerado siempre que pueda ser prostituído con algún concreto fin: la fraternidad universal, el perfecto mercado autorregulado o lo que sea. Socialismo, comunismo y liberalismo son ideologías que encuentran una contradicción en el Estado.

El Estado del Pueblo persigue siempre, hacia el interior, una Economía Productiva, que lo haga sólido, fuerte y capaz de una Acción Exterior: asegurarse un espacio entre enemigos. 

Por el contrario, el Estado Plutocrático fomenta las tendencias anarquizantes en la medida en que el afán particularista de ganancia sea satisfecho, y para ello la manipulación de las grandes masas urbanas, proletarias y sub-proletarias, se hace esencial. 

No importa nada que los funcionarios, los pequeños productores, los campesinos, etc., sean los que realmente sostengan la estructura gigante: al Estado plutocrático le conviene difuminar la realidad de que son éstos sectores los que realmente hacen que se paguen las cuentas que los especuladores financieros no quieren, por principio, pagar.

El complemento necesario de los saqueadores de las finanzas que se han adueñado del Estado, hasta el punto de arrebatarle toda soberanía, es el endiosamiento de un supuesto proletariado sindicalizado y mimado por mil y una ventajas, entre las que se cuentan los liberados sindicales, la invención de puestos de trabajo ad hoc, subvenciones y prebendas no basadas en el mérito sino en la fidelidad partidista o sindical, etc. En realidad el contingente de trabajadores reales que viven al margen de ese clientelismo partidista o sindical no conoce ninguna de estas ventajas del proletariado ficticio. 

Viven en condiciones de explotación que nadie cacarea públicamente y apenas se reconocen en la forma de vida y pensamiento de aquellos que dicen ser sus defensores. En realidad, los más ardientes defensores de los valores "progresistas"  son irreconocibles en Europa, no son obreros en sentido estricto: son hijos de la clase media, profesionales liberales, "intelectuales", productos de la gran ciudad desarraigada que buscan en el trabajador un molde en el que llenar en realidad sus tendencias anarquizantes. 

En ningún momento desearían organizar un Estado fuerte, militarizado, compacto, como en su día lo pretendío la URSS. El Estado en manos de plutócratas fomenta sus tendencias anarquizantes, pues así no hay apenas un Pueblo que presente resistencia a su saqueo constante, a su explotación.

sábado, 10 de octubre de 2015

La decadente sociedad nos enseña

La decadente sociedad nos enseña que es divertido cortejar al peligro e ir contra las reglas, y a eso lo han llamado la libertad.


Aunque muchos de nosotros adoptemos códigos morales, aquellos que no han tenido padres fuertes abandonan dichos códigos, especialmente los hijos de hogares rotos que no pueden competir con los peligros ilícitos y las estimulantes recompensas de la calle, las llamativas tendencias de la sociedad, es más divertido ser malo, los tipos malos tienen más diversión y las muchachas siempre han gravitado en torno a los tipos malos, y todavía lo hacen.

Hoy tenemos una situación donde la gente que está a cargo de la sociedad son todos criminales, que participan en una estafa universal y mienten.

La gente más feliz son los éticos, su mundo está ordenado, sus hijos tienen buenos valores, buena educación, ellos están libres de modas decadentes impuestas y sus padres son fieles unos a otros.


La mayoría de las cosas que nos han enseñado han sido falsas, es muy difícil creer en algo, todo son astutas estrategias envueltas en hipocresía, gurúes que ocultan pervertidas psicopatologías, y seguidores ansiosos que corren hacia su propia destrucción.

Hacia dondequiera que miremos vemos un gobierno de retorcidos burócratas que no se preocupan por vuestro bienestar, declarando ilegales las cosas naturales, ordenando que tomemos medicinas anti-naturales, comamos alimentos anti-naturales y que participemos en prácticas anti-naturales. 

Éste es sólo otro truco anti-natural que los judíos usan para desestabilizar la sociedad, de modo que ellos puedan tomar el control de cada uno y obligarlos a consumir su enfermiza agenda de la malévola esclavitud.

Los judíos son la esencia de las prácticas anti-naturales, y nosotros tenemos que ignorar todo lo que los judíos han dicho alguna vez. Pero primero tenemos que eliminarlos a ellos y a sus enfermizas prácticas, es el único modo en que sobreviviremos como humanos normales.





La Naturaleza lo ha diseñado así

La presa se afana con tanta fuerza como los depredadores por conservar su vida. Que los depredadores tengan éxito es el modo que tiene la Naturaleza de equilibrar y aminorar el flujo de la vida misma. De alguna manera, la Naturaleza lo ha diseñado y ajustado todo así. El resultado de este equilibrio insondable de vida y muerte ha sido un planeta de belleza y justicia incomprensibles. Ninguna especie alguna vez consigue adelantar demasiado. Cuando lo hace, los sistemas de la Naturaleza equilibran las cosas.

El exceso de población de una especie conduce a una profusión de depredadores, al punto de que una especie comenzará finalmente a consumirse a sí misma porque la mente grupal sabe que las cosas se han salido de equilibrio, y su población debe ser reducida para mantener el nivel de salud necesario para que la Tierra misma mantenga su supervivencia.


El eurosionismo

Los identitarios europeos debemos hacer un esfuerzo para mantener claras nuestras ideas, debemos luchar por mantener nuestra identidad étnica y cultural libre de injerencias y agresiones, vengan de donde vengan, debemos luchar para detener la sangría económica que supone la inmigración descontrolada, especialmente para nuestras clases menos favorecidas.

Para todos aquellos que nos sentimos patriotas y que luchamos por España, para que su pasado no sea mancillado y prostituido y sobre todo para que su futuro sea de prosperidad y conserve la señas de identidad que nos hacen únicos, ha nacido un nuevo enemigo.

Este enemigo no es otro que el eurosionismo que ya era conocido por nuestros partidos hermanos en buena parte de Europa. Ahora, como no podía ser menos, ha hecho aparición en el panorama nacional y lo ha hecho con la pujanza y el brío que solo el vil metal puede dar en una sociedad en la que se compran y venden voluntades y donde la repercusión mediática depende más de intereses bastardos que de la honradez ideológica y el trabajo.


El eurosionismo es la infiltración de movimientos patrióticos europeos por parte del lobby sionista. Es fácil reconocer a estos nuevos movimientos, centran toda su atención en la inmigración islámica, obviando la inmigración subsahariana, la de amerindios o, por qué no decirlo, la apisonadora cultural norteamericana.

En toda Europa los patriotas, durante décadas, hemos visto con una mezcla de asombro y repugnancia cómo la progresía occidental se alineaba con posturas políticas que eran ajenas a nuestros intereses, y en no pocas ocasiones, más que ajenas, sencillamente opuestas a los intereses de sus compatriotas.


Con esta forma de actuar se ganaron a pulso el apelativo de los tontos útiles de la izquierda.

Hemos visto a nuestros sindicatos defendiendo los papeles para todos para destruir nuestro mercado laboral. Hemos visto a lo más granado de la izquierda defender la igualdad de derechos de un extranjero a la hora acceder a las ayudas sociales aún a sabiendas de que eso dejaba fuera de dicha ayudas a la mayoría de nuestros compatriotas. O cómo se calificaba de enriquecimiento multicultural lo que simple y llanamente era la destrucción de nuestra identidad.

domingo, 4 de octubre de 2015

Ser anti algo en un clásico

Ser anti algo en un clásico de las tendencias modernistas, y es esta misma condición la que hace que estas tendencias no tengan ni pies ni cabeza. 

El que se siente inferior siempre responde y se rige mediante el odio, el que se siente pobre y desdichado, orientará sus frustraciones contra lo que considere su enemigo, el pobre odiará al rico porque lo culpará de su desgracia actual, otros odiarán a los comunistas porque temerán ser despojados de sus pertenencias, pero el que se sienta superior sobre otros, no tendrá odio, sino ¡desprecio! a lo que no considera a su altura mezclando un presente de resentimiento con respuestas instintivas y básicas de defensa, siendo esto la descomposición de la inferioridad.



Todo cambio es antropológico.

Todo cambio es antropológico, lo demás es una pérdida de tiempo.

Todo cambio es primero antropológico, vale decir: un cambio en el hombre. Las conductas, regidas por actitudes y valoraciones, se visten de religión, de ideología, pero responden a lo que el hombre es en su trama profunda de intereses. Occidente también es eso, un código de conducta asimilado durante miles de años. 

Una asimilación de dogmas, de conceptos, de conductas que responden a esos dogmas y conceptos. Lo que se nombra hoy con desprecio, las palabras que se utilizan para nombrar el mal son códigos que disparan conductas que el hombre antiguo, es algo anterior al hombre evolucionado que el pagano es un primitivo. 

Esto pese a que el hombre antiguo comprendía el universo de un modo mucho más amplio, y pese a que el cristianismo haya quemado todo el conocimiento y la comprensión humana anterior a él.



Nietzsche: el más incomprendido de todos. La sociedad occidental no acepta lo evidente. Milenios de dogmas, conceptos y estructuras la han convertido en lo que es hoy. El salto propuesto por Nietzsche es demasiado alto. Cuando decimos que Occidente debe caer, no invocamos la destrucción y la muerte aunque ronden y se manifiesten  sino la desaparición de un tipo de hombre. Oriente nos lleva en eso mucha ventaja: ellos al menos saben que existe el dolor. El hombre sin tal consciencia no es un hombre. Además señores, el hombre blanco ha sido “Oriente” por milenios, ya que no existía Occidente ni la llamada filosofía Occidental.

Cuando Schopenhauer, Nietzsche y Heidegger vuelven a las fuentes, no hacen más que volver a nuestra patria de origen.

El Sistema no nos quiere empáticos



El Sistema no nos quiere empáticos con el resto, por eso nos ofrece una sociedad y modelo económico que premia el individualismo y mucho menos quiere que dicha empatía alcance magnitud de masas.



En el Occidente moderno, el Marxismo cultural, mediante un lento pero efectivo proceso de deconstruccion que en términos simplificados, consiste en desarmar algo y reordenar sus piezas de otra manera para crear algo nuevo, ha socavado los fundamentos de las instituciones naturales y civiles que históricamente permitieron la sana expresión de la naturaleza comunitaria del ser humano.


Así, la familia, el matrimonio, el Estado, las Fuerzas Armadas, el trabajo, la Nación y la raza, han sido vaciados de su contenido original, corrompidos y convertidos en funcionales al Sistema, o bien, derechamente negados en su existencia misma.