miércoles, 22 de junio de 2016

Gilbert Keith Chesterton

No hay cosas sin interés. Tan sólo personas incapaces de interesarse.


No hay gente ineducada. Todo el mundo lo está; sólo que mucha gente está mal educada.


En el mundo moderno, la libertad es lo contrario de la realidad; pero es sin embargo su ideal.


Las mentiras se convierten en dogmas desde el momento en que comienzan a ser discutidas.

La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.


Todo hombre es un idealista, sólo que sucede con demasiada frecuencia que tiene un ideal equivocado.


El periodismo consiste esencialmente en decir 'lord Jones ha muerto' a gente que no sabía que lord Jones estaba vivo.


Democracia significa gobierno por los que no tienen educación, y aristocracia significa gobierno por los mal educados.


Loco no es el que ha perdido la razón, sino el que lo ha perdido todo, todo, menos la razón.


La idea que no trata de convertirse en palabra es una mala idea, y la palabra que no trata de convertirse en acción es una mala palabra.


Los arquitectos lo saben todo sobre el estilo romántico, excepto como construirlo.


El fin de tener una mente abierta, como el de una boca abierta, es llenarla con algo valioso.


La única educación eterna es esta: estar lo bastante seguro de una cosa para decírsela a un niño.


La intolerancia puede ser definida aproximadamente como la indignación de los hombres que no tienen opiniones.

La revolución, por su naturaleza, produce gobierno; la anarquía no produce sino más anarquía. No sólo para gobernar, sino también para sublevarse hacen falta leyes estrictas. Un ideal fijo, habitual, es condición para toda clase de revoluciones.

Es menos desagradable ver mendigar un pobre que un rico. Y un cartelón de propaganda es un rico que mendiga.


La afirmación de que los mansos poseerán la tierra está muy lejos de ser una afirmación mansa.


Hay más simplicidad en el hombre que come caviar por impulso, que en el que como nueces por principio.


Un hombre puede combatir una afirmación con un razonamiento; pero una sana intolerancia es el único modo con que un hombre puede combatir una tendencia.