martes, 30 de agosto de 2016

Spengler..



El hombre activo, el hombre de acción, de voluntad, de lucha, el hombre que tiene que afirmarse a diario frente al poder de los hechos y sojuzgarlos o perecer, ese hombre considera las simples verdades como algo insignificante y las mira como de arriba a abajo. 

Para el genuino estadista no hay verdades políticas; solo hay hechos políticos. La famosa pregunta de Pilatos es la típica de todo hombre de acción. 

Uno de los más grandes aciertos de Nietzsche fue poner en tela de juicio el valor de la verdad, del saber, de la ciencia.

Para todo pensador y sabio nativo, semejante idea es una frívola calumnia, porque todo espíritu científico cree que poner en duda el valor de la ciencia es poner en duda el sentido de su propia vida como científico y pensador. Cuando Descartes quería dudar de todo, a buen seguro que no dudaba del valor de su problema.

El afán del sistema es afán de matar lo viviente, en la vida normal las cosas vivas quedan fijadas, anquilosadas, atadas a la cadena de la lógica. 

La razón evoca ideas..el intelecto encuentra verdades..toda verdad nueva que el intelecto descubre no es mas que un juicio critico sobre otra verdad que existía antes..

El sino empuja a los individuos hacia uno u otro tipo, los hace meditativos y temerosos de la acción o activos y despreciadores del pensamiento. Pero el activo es un hombre entero.

Porque sólo el hombre activo, el hombre del sino vive en última instancia la vida del mundo real, mundo de las decisiones políticas, militares y económicas, mundo en el cual ni los conceptos ni los sistemas tienen cabida.