- Imponte unas horas de trabajo, otras de ejercicio físico y deporte, otras de descanso, buena música y oración. Dedica al menos diez minutos de tu tiempo diario a una buena lectura. Recuerda que si el alimento es necesario a la vida del cuerpo, también la buena lectura lo es para la vida espiritual.
- Pero no caigas con los años en el error de convertir el orden en un fin en sí mismo y no en un camino para vivir más cerca de la perfección. No olvides que comer y dormir a ciertas horas no es el fin de la vida, sino un medio de ordenarla. Entrégate de lleno a una idea cuando sea necesario, a una conquista, a una lucha, a todo aquello que te haga mejor y más libre.
- Aprende a obedecer y un día, cuando tengas la capacidad para ello, serás digno de poder mandar.
El egoísmo acarrea la desunión y la ruindad. Piensa en ellos y en sus necesidades como lo haces para ti mismo.
- Una palabra amable cuesta muy poco, la amabilidad es un don precioso que ennoblece tanto al que recibe como al que da.
- Mantén siempre tus principios, pero acepta la opinión de los demás y sé flexible en lo accesorio. Si aprendes a comprender serás comprendido. Si son superiores se impondrán solos.
- Se severo contigo mismo y práctico para con los demás.
- Acepta a los hombres como son. No hay otros. Aprende a aceptarte como eres y a aceptar a los demás.
- Sé noble en la lucha. Es esta una virtud que define a tu raza y que debe prevalecer en todo momento. Si así actúas, incluso la derrota será una victoria para ti.
- Sé siempre fiel. La fidelidad multiplica millares de veces el valor de tu persona, ennoblece tu carácter, sirve de ejemplo a los demás y te mantendrá siempre en el correcto camino.
- Aceptar una orden que no se entiende no es negar la propia personalidad sino aceptar una capacidad de decisión superior en quien da la orden.
- Respeta el Estado justo. El Estado es la representación del Pueblo, por lo que exige tu sometimiento y tu confianza. Un Estado que no cumpla aquella condición no merece ser denominado como tal y a él nada te sujeta.
- Cuida de mantener tu raza homogénea. Es la primera garantía para mantener una sociedad equilibrada espiritual, psíquica y socialmente.
- No desprecies a las demás razas. El mejor aprecio que les puedes hacer es mantenerte separado. Admira sus valores y aprende de sus virtudes, que son parte de un lado olvidado de nosotros mismos.
- La apariencia es lo que más asemeja a las distintas razas, aún siendo tan dispares físicamente. No caigas en la falacia de definir a la raza sólo por el color de la piel o la textura del cabello. Las verdaderas diferencias radican en la psique y el espíritu.
- El mestizo es la nefasta consecuencia de forzar a la naturaleza a una mezcla entre seres naturalmente diferentes, que ya lo son culturalmente.
- La Historia nos muestra que el mestizaje forzado y a gran escala lleva irremisiblemente al caos social y a la decadencia de las culturas. Oponte al mestizaje planificado, que lleva irremisiblemente a la desaparición de las civilizaciones.
- La existencia de todas las razas, no sólo de la tuya, es voluntad divina. Sólo el mestizaje y el odio racial promovido por el Sistema son producto de la desviada voluntad humana.
- Desprecia las formas degeneradas de sexualidad. Son una perversión del cuerpo y del alma fruto del hedonismo materialista. Al margen de los irreparables daños que producen al espíritu, la naturaleza destina a quienes las practican a la enfermedad y la extinción sin procreación.
Se discreto. Que no se note tu presencia por lo incómoda que resulta, sino por lo grato.
Cuida tus expresiones. No seas soez ni desvergonzado. No confundas la agudeza con la impertinencia.
Se austero. No todo el mundo puede vivir de forma austera. La dureza en tu forma de vivir te enseñará a apreciar las cosas y darás a todo más valor que aquel que todo lo tiene y todo lo ha probado.
- Respeta las banderas y los símbolos de tu tierra. Por encima de la tela y del metal de que están hechos, está la idea que representan. Ser herido o muerto por defender un símbolo es la sublimación del idealismo. Si te llega la ocasión no lo dudes.
- Lucha siempre por la verdad y desprecia al mentiroso. La mentira es el refugio del cobarde.
- Procura que la herencia que en su día dejes a tus hijos y a tus camaradas sea rica en ejemplos de nobleza, rectitud, educación, heroísmo, y en todo aquello que haga de tu memoria una pauta de comportamiento.
- Respeta el Estado justo. El Estado es la representación del Pueblo, por lo que exige tu sometimiento y tu confianza. Un Estado que no cumpla aquella condición no merece ser denominado como tal y a él nada te sujeta.
- No desprecies a las demás razas. El mejor aprecio que les puedes hacer es mantenerte separado. Admira sus valores y aprende de sus virtudes, que son parte de un lado olvidado de nosotros mismos.
- La apariencia es lo que más asemeja a las distintas razas, aún siendo tan dispares físicamente. No caigas en la falacia de definir a la raza sólo por el color de la piel o la textura del cabello. Las verdaderas diferencias radican en la psique y el espíritu.
- El mestizo es la nefasta consecuencia de forzar a la naturaleza a una mezcla entre seres naturalmente diferentes, que ya lo son culturalmente.
- La Historia nos muestra que el mestizaje forzado y a gran escala lleva irremisiblemente al caos social y a la decadencia de las culturas. Oponte al mestizaje planificado, que lleva irremisiblemente a la desaparición de las civilizaciones.
- La existencia de todas las razas, no sólo de la tuya, es voluntad divina. Sólo el mestizaje y el odio racial promovido por el Sistema son producto de la desviada voluntad humana.
- Desprecia las formas degeneradas de sexualidad. Son una perversión del cuerpo y del alma fruto del hedonismo materialista. Al margen de los irreparables daños que producen al espíritu, la naturaleza destina a quienes las practican a la enfermedad y la extinción sin procreación.
Se discreto. Que no se note tu presencia por lo incómoda que resulta, sino por lo grato.
Cuida tus expresiones. No seas soez ni desvergonzado. No confundas la agudeza con la impertinencia.
Se austero. No todo el mundo puede vivir de forma austera. La dureza en tu forma de vivir te enseñará a apreciar las cosas y darás a todo más valor que aquel que todo lo tiene y todo lo ha probado.
- Respeta las banderas y los símbolos de tu tierra. Por encima de la tela y del metal de que están hechos, está la idea que representan. Ser herido o muerto por defender un símbolo es la sublimación del idealismo. Si te llega la ocasión no lo dudes.
- Lucha siempre por la verdad y desprecia al mentiroso. La mentira es el refugio del cobarde.
- Procura que la herencia que en su día dejes a tus hijos y a tus camaradas sea rica en ejemplos de nobleza, rectitud, educación, heroísmo, y en todo aquello que haga de tu memoria una pauta de comportamiento.
Fórmate en lo natural. Sigue las enseñanzas que la Naturaleza dicta y aplícalas a tu condición de Hombre.
Ama la Naturaleza. No veas en ella tan sólo una fuente de recursos o un instrumento para distraer tu ocio. Recuerda que todas las criaturas son obra del Creador y tú eres una de ellas.
- Que no sea tan sólo la compasión la que te lleva a tratar bien a los animales. Por su condición, es tu obligación darles amor y respeto.
Recuerda que tus hijos heredarán de ti tanto lo bueno como lo malo. No les dejes una herencia negativa. No les obligues a luchar en inferioridad de condiciones.
- Educar rectamente a un hijo es sólo posible dando ejemplo. No se puede exigir algo que tu previamente no te hayas exigido a ti mismo.
Ama a tu nación. Es una comunidad de hombres unidos por lazos culturales y raciales que lucha por unos objetivos comunes a los tuyos.
- No te dejes influir por fronteras artificiales. La nación la delimitan la Cultura, la Tradición, la Historia en común y la Raza, no unas líneas pintadas sobre un mapa o unos meros accidentes geográficos.
- Encuentra en tu bandera el símbolo de la comunidad a la que perteneces, un símbolo nacido de ésta, que reúne todas las virtudes de los hombres que se subordinan a ella.
- La nación es un concepto étnico más que legal. No te dejes engañar por las ideas falsamente igualitarias que pretenden hacer de todos nosotros ciudadanos del mundo, y de cada humano, por muy extraña a la tuya que sea su procedencia geográfica, histórica, cultural y racial, un miembro de tu misma nación.
- El nacionalismo tiene por objeto la búsqueda de las leyes de conservación de la propia nación en armonía con las demás naciones. No es un objeto definido y acabado sino amoldable al contenido. Lo importante no es pues ser nacionalista porque sí, sino en tanto en cuanto ello contribuye y permite la conservación de la vida, la propagación de la raza y la elevación del espíritu.
- La diversidad de los pueblos del planeta forma parte de la gran riqueza de la Creación y aquellos que pretenden destruirla eliminando toda cultura autóctona atentan contra la obra del Todopoderoso.
- Que no sea tan sólo la compasión la que te lleva a tratar bien a los animales. Por su condición, es tu obligación darles amor y respeto.
- Educar rectamente a un hijo es sólo posible dando ejemplo. No se puede exigir algo que tu previamente no te hayas exigido a ti mismo.
- No te dejes influir por fronteras artificiales. La nación la delimitan la Cultura, la Tradición, la Historia en común y la Raza, no unas líneas pintadas sobre un mapa o unos meros accidentes geográficos.
- Encuentra en tu bandera el símbolo de la comunidad a la que perteneces, un símbolo nacido de ésta, que reúne todas las virtudes de los hombres que se subordinan a ella.
- La nación es un concepto étnico más que legal. No te dejes engañar por las ideas falsamente igualitarias que pretenden hacer de todos nosotros ciudadanos del mundo, y de cada humano, por muy extraña a la tuya que sea su procedencia geográfica, histórica, cultural y racial, un miembro de tu misma nación.
- El nacionalismo tiene por objeto la búsqueda de las leyes de conservación de la propia nación en armonía con las demás naciones. No es un objeto definido y acabado sino amoldable al contenido. Lo importante no es pues ser nacionalista porque sí, sino en tanto en cuanto ello contribuye y permite la conservación de la vida, la propagación de la raza y la elevación del espíritu.
- La diversidad de los pueblos del planeta forma parte de la gran riqueza de la Creación y aquellos que pretenden destruirla eliminando toda cultura autóctona atentan contra la obra del Todopoderoso.