sábado, 29 de octubre de 2016

John Kaminski

No hacer algo es perder nuestro potencial como seres humanos que valen la pena..o resistimos a la tiranía o nos convertimos en sus esclavos.

Cuando no quede nadie que defienda nuestro honor, entonces quedaremos inútiles y derrotados. El primer paso es reconocer el daño que nuestra pasada inconsciencia ha permitido que ocurriera.



El objetivo de los repugnantes judíos es mantener a todas las naciones en un estado permanente de desorganización y empobrecimiento..su plan es para tipos obedientes y de una sola clase de personalidad y carentes de originalidad para que subsistan y produzcan ganancia para los judíos.


Necesitamos a alguien que nos levante y nos diga quiénes somos, no algún cuento de hadas que le da la ventaja a una cierta clase de hombres pervertidos.

La Naturaleza no es pervertida. Aquellos que tratan de cambiar a la Naturaleza son los verdaderos pervertidos.


Si sólo pudiéramos ser lo que siempre esperábamos ser... pero como resulta, la especie humana ha sido transformada en el repugnante homunculus conocido como el judío, encorvado y consumido por su propias compulsiones enfermas, oscuras y onanistas.


El mundo se ha hecho muy complaciente porque la alfombra que ha sido retirada es la repentina ausencia de una narrativa consistentemente confiable de qué es realmente la realidad.

Este nivel de deshonestidad refleja la enfermedad de una nación agonizante que va desde el autoengaño hasta la catatonia, incapaz de procesar siquiera la información básica cuando los hechos son claramente presentados a su atontado pueblo.

La conclusión de este proceso es ser invadido por salvajes, lo que impide que los países anfitriones realicen su verdadero potencial, siendo arrastrados hacia la palabrería de ghetto de cerebros huecos.